Había en Montmatre un hombre excelente que se llamaba Dutilleul y que poseía el don especial de pasar através de los muros sin ningún problema. Modesto empleado de tercera clase en un ministerio, descubrió fortuitamente su extraño poder y lo utilizó para volver loco a su jefe de servicio que le había sometido a numerosas humillaciones...
To be continued...
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